Esta entrevista toma partes de la entrevista realizada por Luis Britos: “Artistas que abren el juego”, licenciada con una CC-By-Sa, para CulturaRWX, y de material que se encuentra disponible en el blog de Compartiendo Capital, en Taller La Estampa y en el de Proyecto Anda.
Definiciones para una nave nodriza
I.
“¿Qué es Compartiendo Capital?” no es una pregunta fácil de responder. El proyecto o experiencia iniciada allá en el 2005, en la ciudad de Rosario, por Inne Martino y Fabricio Caiazza, tiene caras complejas que incluyen al copyleft como modo de acción, pero que se embarcan en el diálogo de la guerrilla de la comunicación y en la intervención del espacio público de diversas maneras.
Compartiendo Capital: La intención sigue siendo trasladar conceptos de producción y distribución de conocimientos en Internet al campo del arte contemporáneo, traspolando nociones de colaboratividad, libertad, derechos de autor.
En esta búsqueda o ensayo hemos experimentado con diversos soportes o dispositivos que permiten replicar, en otros ámbitos, lo que ocurre en las redes electrónicas. Compartiendo Capital consiste, entre otras cosas, en el diseño de instancias de encuentro entre colegas, en el intercambios de procesos de trabajo. Es al mismo tiempo la nave nodriza de otras iniciativas culturales que persiguen los mismos objetivos: actualmente activos Vodkamiel, Anda, Cuchacucha, entre otros microproyectos que aún se encuentran en fase beta. Y por supuesto el trabajo en red con diversos actores colectivos, individuales e institucionales.
II.
Compartiendo Capital es un ejercicio alquímico open source, orientado desde las artes visuales pero con los brazos abiertos, apuntando siempre a reconocerse, generar y compartir. Una plataforma “que fomenta el libre intercambio de conocimientos y procesos”, un lugar donde las relaciones “peer to peer” caminan junto con las “face to face”, porque para sus gestores, poner el cuerpo nunca es un hecho menor.
¿Ese fue el disparador, el primer gran proyecto?
Fabricio: En realidad una conjunción de cosas: el hecho de haber participado, de haber conocido las chicas de Córdoba de “Liminar”, más participar en “Planeta X”, más técnicos con los que compartíamos el espacio del hacklab y algunas personas que vienen de la comunicación que estaban interesadas en las licencias alternativas. Toda esa conjunción es “Compartiendo Capital”.
Inne: Nosotros veníamos trabajando en Internet, veníamos trabajando con guerrilla de la comunicación, con todo lo de “Pinche”, con una serie de usos que hacíamos de Internet. Eso dio lugar a “Compartiendo Capital”.
III.
Una plataforma para fomentar el libre intercambio de conocimientos.
Un espacio donde compartir detalles de proyectos, procesos y logros felices.
Aterrizaje en el espacio público: abiertos y cerrados, centro y periferia
Cuando son varios los años intramuros, las imágenes impresas son como ventanitas de libertad. Si se trata de fotos de seres queridos, una se apega a esas imágenes para soñar y fantasear traspasando las rejas.
Existen supersticiones que dicen que si entran fotos del ser querido a las cárceles, éstas retrasan la salida de la persona.
La imposibilidad de fotografiarnos implica que las familias que residen en tierras lejanas, no tengan la oportunidad de apreciar el paso del tiempo en nosotras.
Frente a todas estas adversidades, en nuestro Taller creativo La Estampa, hemos adoptado una antigua técnica para fotografiarnos con un vidrio por medio, cerrando un ojo y dibujando lo que vemos en la transparencia, como si calcáramos lo que vemos.
II. Redes de circulación
Lila Pagola: Después de mi charla sobre proyectos de artistas y software libre de Argentina, en ISEA me hicieron una pregunta: ¿por qué los proyectos que había seleccionado de software libre eran sobre todo del interior del país y no de Buenos Aires? Hasta ese momento yo no me había dado cuenta que la mayoría eran de Rosario y Córdoba.
F.: Nosotros siempre decimos que en Rosario es mucho más simple hacer [algo como Compartiendo Capital], porque lo que uno ve como construcción de red en Internet en una ciudad de las características y el tamaño de Rosario es muy probable que uno pertenezca a uno o dos colectivos simultáneamente; entonces esa red y esa contaminación se da de hecho, es decir nos conocemos todos y es muy fácil armar trabajo en red física.
III. Reparar el espacio urbano
El proyecto Anda propone realizar una intervención reparadora del espacio público mediante una estrategia sencilla: relevando faltantes en el embaldosado de las veredas de la ciudad y completando esta grilla con una baldosa de autor, cuyos diseños estén realizados por artistas contemporáneos locales, asesorados por un taller especializado.
Compartir no es delito.
I. Licencias.
Compartiendo Capital: Las licencias Creative Commons nos parecen un valioso aporte a la organización de la distribución de contenidos, en cuanto a la expresión manifiesta de sus creadores. Resulta difícil encontrar un parangón con el terreno del arte contemporáneo, sin embargo el registro de actividades, la documentación de procesos, y nuevamente la voluntad de enunciar los deseos de los autores encuentra en Creative Commons una forma sencilla de hacerlo.
No todo es obra de autor.
F.: (risas) Hay cosas que no tiene sentido llamarlas obras. En esas prácticas que uno hace con otros está bueno que se desdibuje también esa idea de obra.
II. PincheEmpalme Justo.
LA PRIMER EMPRESA DE TV POR CABLE AUTOINSTALABLE. Cuando una obra de arte es “delito”.
Faca, vos fuiste el idéologo de “PincheCable”, un proyecto que ironizaba de manera artística sobre las empresas de cable y la práctica socialmente aceptada de “pinchar cable”. ¿Cómo ven ustedes que está afectando al mundo del arte ciertos juicios como el de PincheCable?
Pinche Empalme Justo ha sido un proyecto diseñado y desarrollado, entre 2003 y 2005 en Rosario y Buenos Aires, por el Taller de Guerrilla de la Comunicación, espacio del cual hemos formado parte.
En su momento la empresa de TV por cable inició una demanda penal por “instigación a cometer delito”. Cuatro años más tarde, mediante una apelación, se asentó que “la ironía no puede ser delito”. Este resultado ha sentado un importante antecedente en lo referente a la justicia penal y al lenguaje del arte actual. Claramente se establecieron límites a la pertinencia de la justicia en un campo tan alejado como es el lugar del arte, aún en su versión expandida. En vez de amedrentar, la insistencia de la empresa de TV por cable, ha otorgado inesperada visibilidad a una práctica estético-comunicacional que incluso ya se encontraba desactivada.
El acceso a la información no era tanto el punto de Pinche, como señalar prácticas comunitarias de consumo y asociaciones alternativas de vecinos.
Por entonces el intercambio de contenidos audiovisuales en internet era embrionario. Hoy no es posible controlar la totalidad de información que se distribuye, remixa y postproduce en una red (por el momento) bastante dispersa.
III. La cultura se aprende copiando.
L.: Esto me hizo pensar que en realidad tiene que ver con el peso institucional de nuestros respectivos mundos del arte. Como para nosotros, los del interior, nos resulta mucho más difícil entrar al juego “en serio” del arte, de pronto nos ponemos a hacer cosas que nos importan más o sean más auténticas, con interlocutores más amplios y genuinos: algo que para los artistas que nos interesamos en las prácticas críticas con TICs ha empezado a suceder con las comunidades de software y cultura libre.
F.: Al no tener una “tradición”, entre comillas, de arte y desarrollo tecnológico vinculado con instituciones, como por ejemplo lo que propone Fundación Telefónica en Buenos Aires, que tiene otro enfoque, de lo que entendemos por arte y tecnología, no estamos con una práctica connotada, por lo tanto podemos explorar lo que queremos, no hay demanda por parte de las instituciones.
Compartiendo Capital: ¿Cómo se aprende la cultura si no es copiando? La cultura es, sobre todo, la posibilidad de aportar mejoras o generar derivaciones de aquello que nos es dado. No basta con garantizar el acceso universal a los bienes culturales, tenemos que transmitir la voluntad de comprenderlos y reinterpretarlos.